jueves, 29 de enero de 2015

AGOBIA EL OLOR A CAFÉ


Fotografía; Araminta Gálvez
Siria se deshizo de las malas miradas de la fotografía que colgaba de la pared, y entretuvo las horas silbando una canción derrumbada por el dolor de un amor abandonado. 

Su cabellera ya no lanzaba destellos rojos, ni serpientes somnolientas. Ahora se le derramaba por el cuello en un giro voluptuoso de cronopios multicolor. 

Le incomodaba saber que una de sus medias, la izquierda para ser exactos, estaba raída justo en la pantorrilla y el Quijote se dio cuenta de ello, pero trató de disimularlo y sin más preámbulo se enfrentó con sus molinos.

La joven se ató la vergüenza al rostro y con disimulo trató de poner una a una, las margaritas y los claveles, en el florero que esa mañana había visto en el estante de la tienda de ambigüedades.

Llegó la tarde de romplón.


El sofá se le insinuó junto a la ventana a Fermín. Los pájaros cayeron como frutos. La luz invade la penumbra del recuerdo y aparecen los pecados que alguna vez quisieron olvidarse. Agobia el olor a café y a pan con mermelada de las vecindades del olvido. 

Los sartenes charlan en la cocina,  el reloj hablafuerte con su voz metálica, las noticias cuentan los muertos por docenas y Kant, Freud, y La Fallete, le abren un agujero negro a la censura cósmica. 

sábado, 24 de enero de 2015

COMO LA NOCHE AL SOL


fotografía: Araminta Gálvez



Soy una luz apagándose en silencio
una vela sin mar, sin vuelo el ala
un destino sin rumbo que sentencio
hiriéndome la vida como bala.

Soy el ayer despojándose los miedos,
tratando de surgir de la tiniebla,
con vértigos, disturbios y con credos,
que amortiguan la luz como una niebla.

Soy un templo que ante ti está deslumbrado,
como la noche al sol, la lluvia al río,
y el trigo al campo que aun no está labrado

ante tus ojos, yo me siento un crío
que de la oscuridad se ha liberado

dejando atrás el miedo y  también el frío
.

jueves, 22 de enero de 2015

AGUACERO

Fotografia: Lizeth Gálvez
El silencio estaba oculto en el tumulto de la calle. El aguacero se anunciaba por lo grande en el aire. Olía a desgracia, a vientos de muy lejos, a ráfagas de metralleta de Dios. La oscuridad amenazo la luz del sol que, con la cola entre las patas, se escurrió a otros confines. 
Los paraguas aparecieron como oasis multicolor. 

Las gotas, pesadas y transparentes, tantearon el camino. Unas por aquí, otras por allá... pero de inmediato, sus huellas fueron absorbidas por el aliento de la tierra. El aire se espesó y el gris campeó por los confines de la tierra. Las hormigas y las aves se hundieron en sus guaridas de sueños colapsados. Las ranas y los sapos croaron de contento preparándose para su fiesta de lodo y humedad. 

Sin misericordia, el cielo se rompió como una panza parturienta.
El caos reinó sin sutileza, abundante y prospero en desastres.
Los tragantes y los techos, derrumbados por el liquido vital desprotegieron la vida.
Y fue entonces cuando en la cocina el fogón reinó como un sol de medio día.

lunes, 12 de enero de 2015

ACOMPAÑADA POR LA TARDE

Fotografía: Araminta Gálvez
La tarde sabe a pan con mantequilla derretida entre la boca,
boca sabia que se entrega sin condiciones al beso,
beso que amarra el cielo con la tierra,
tierra que acoge en su seno la semilla,
semilla que se abre con estruendo de vida,
vida que alivia el palpito de la luna y de la hormiga,
hormiga que serena avanza
acompañada por la tarde.

martes, 6 de enero de 2015

HOJAS SECAS

Fotografía: Araminta Gálvez





Tiemblan las hojas previo a su caída,
un hombre llega
y se bebe con los ojos la distancia.
Huele a río serpenteando en el recuerdo,
con mis pies niños
hundidos en las aguas,
y descalza,
mi alma se zambulle
entre las mariposas amarillas,
como soles inquietos
              y vagabundos de luz