martes, 6 de mayo de 2014

FASCINACIÓN DE LIBÉLULAS

En su puño sintió un aleteo y un sinfín de cosquillas le acarició los sentidos. 
La felicidad se le desbordó en su cara con forma de risa y la curiosidad se despertó sobresaltada. 
Quiso ver nuevamente las miriádas de libélulas sinfónicas y multicolores 
que bullían sobre la palma de su mano. 
Abrió un minúsculo resquicio entre sus dedos y las libélulas aprovecharon la libertad que se les ofrecía y escaparon en vértigo de colores y sentimientos que entonaban las sinfonías de Beethoven y de Mozart. 
Sus  minúsculas alas lanzaban destellos dorados que olían a lavanda y a chocolate. 
Sus ojos, como una cámara fotográfica perfecta, 
mostraban las maravillas del mundo creadas 
y todavía por crear. 
Eran capaces de aplacar con su voz cualquier dolor o miedo que apareciera a perturbar la alegría.
Las libélulas recorrieron el aire con el vértigo de la alegría 
y se depositaron nuevamente  en su mano 
 inundándola de felicidad.
Fotografía tomada de Internet

6 comentarios:

  1. Tengo recuerdos imborrables de mi vida en la orilla del río en compañía de las libelulas. Me lo recordaste con tu relato Araminta.
    Muy sentido.
    Un abrazo

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  2. Me alegra tanto haber llevado a ti ese recuerdo José. ¡Qué bien!. Un abrazo y las gracias de siempre por siempre estar.

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  3. Gracias querido José, es un gusto grande para mí saberte allí. Besos.

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  4. Felicitaciones, amiga Araminta por tu maravilloso trabajo. Saludos.

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  5. Joao, te agradezco mucho que lo aprecies. Un abrazo.

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