Fotografía: Araminta Gálvez |
en la corola hundida en el misterio,
y se hace la luz,
y el color adorna los ojos
y el alma se convierte en fiesta.
Con su paleta,
Dios recrea la belleza,
el aire rebalsa con vida los pulmones,
el río sorbe la espuma,
los aromas realzan la esperanza,
y el silencio se recrea con la vida que bulle,
vibra,
se acobarda,
se desborda,
se regenera,
muere y resucita
como un tulipán incendiándose de vida.
.
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