la alondra olvidó volar
y calló sus alas,
sus ojos picoteaban la calle
y la ventana...
el sol abrasó el otoño con rojos,
alizarines y nostalgias verdes,
c
a
y
e
r
o
n
las miradas
sobre la luna de queso
que haraganeaba en el charco
y las ranas alfombraron
de croares el silencio.
retumbó
una simulación de
espejismos en el horizonte
y el olvido se presentó
vestido de ausencias,
yo arrimé la telaraña de tu risa
a mi guarida
apeñuscada de ninfas y carcajes
y cerré la luz,
detrás
de mis pestañas…
Septiembre 2012
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