Fotografía de Araminta Gálvez. |
Me mira silente, con su explosiva magia enamorándome a rabiar. Es la calma y la promesa, la compañía perfecta para la soledad.
Los jazmines han salido a pasear con sus aromas desperdigados por los corredores de mi espíritu.
Mis ojos no pueden ver más allá de las estrellas, pero con eso es suficiente para alimentarme el alma.
Crujen los pasos de la noche acompañados de murmullos, croares, guarda barrancos y almas perdidas.
Me desnudo de los miedos y viejos dolores Entonces llega la paz y me contiene entera. Desgajo un pedazo de naranja y con lujuria lo coloco en mi boca llena.
27 de marzo 2013
Un texto muy poético, Araminta, aunque ten cuidado con los bocados a la luna, no sea que te atragantes -es más grande de lo que parece.
ResponderEliminarBesos
Gracias José, lo tendré en cuenta la próxima vez que me entren las ganas de morderla. Abrazos y besos también.
ResponderEliminarHermoso texto Ara. La luna, los jazmines, la naturaleza sabe dar esa paz que necesitamos.Un abrazo
ResponderEliminarCierto Amaia querida, necesitamos de esa paz a montones. Gracias por llegar y comentar. Un abrazo.
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