Dibujo a lápiz sobre papel. Araminta Gálvez. |
La luz se instaló poco a poco en su incipiente ceguera. Hubo fiesta en sus retinas al revivir los juegos con sus hermanos niños.
Oyó sus risas traviesas y vio a Guayo encaramándose al nogal del patio. Recordó a Chepe viendo que se le desvaciaba la sangre de sus bracitos sucios y flacos,
Se armó de valor y se encaminó al espejo de cuerpo entero. Temblando abrió los ojos pero las nubes impedían que su imagen apareciera con claridad.
Parpadeó varias veces y una deslucida imagen apareció en el espejo.Era como una sombra, como una mueca de sí misma.
Ya no le quedaban lagrimas. Cerró los ojos y tanteando el camino buscó con las manos estiradas su cama. Se hundió en ella y ya no se levantó nunca más.
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