Fotografía: Araminta Gálvez |
El silencio me asalta
en la alborada
con sus pasos sin voz, su andar
discreto,
me abraza y quema como la mirada
que yo recuerdo siguiéndome en secreto.
Es sutil como el ala de la noche
lacerando insistente y precavido
desnudándome y atando con derroche
el dolor y el recuerdo revivido.
Tan callado se acerca sin conciencia
del clamor por mi vida tan ausente
de tu olor, de tu risa y tu presencia
diluida pero siempre tan presente
abarcando y mellando con mi anuencia,
el silencio es un ser omnipresente.