Fotografía: Araminta Gálvez |
mis pies vegetan al sur de
mi estructura,
hundidos en la añoranza de
una infancia
correteando sueños
y enjambres
de mariposas amarillas.
Se enfría el café en la tarde amortiguada con
sombras.
El verano no dejó ninguna
huella en el jardín,
se fugó tras una golondrina de
quimeras
y ahora,
en el instante de luz que
aparece tras mis ojos,
una lágrima embarazada de
tristeza
se asoma a este abril triste de flores.
Enero 2015
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